CrónicaPoética @Davpapelcronica

viernes, 16 de abril de 2010

SONETO

Esta necesidad de sacrificio
que me hace vivir como muriendo
me subleva de modo que no entiendo
cómo me tiene amor a su servicio.

Quédese amor, y váyase el suplicio
que de antaño me tiene padeciendo!
el alma claro me lo está diciendo
que amar amor es amar sacrificio.

¡Ay, qué ser tan tenaz! ¡Ay cuánto exiges,
amor, de los que están a tus mandatos!
¡Ay alma, cómo gozas si te afliges!

¡Y qué bien miro lo que voy perdiendo!
¡Y qué bien miro que son insensatos
los que quieren vivir como muriendo!

ALFONSO REYES (Mexicano)

ALBORADA

Pero es verdad, amor, que hecho ternura,
de la ruta del tiempo desprendida,
meciste mi ilusión, recién nacida
a la vera oscura encrucijada?

Pero es verdad, amor, que una alborada
relámpagos de luz en unos ojos,
alumbraste los tímidos despojos
de un cadáver en viva sepultura?

Fue cierto, amor? Aun cuando más oscura
surge la selva cuando el rayo enciende
su ráfaga de luz en la espesura.

Si fue verdad, amor, y si contigo
el pasado un instante fue presente
por ese instante, amor, yo te bendigo.

SYLVIA LORENZO (Colombiana)

AMOR

Un deseo constante de alegría;
una urgencia perenne de lamento
y el corazón, -campana sobre el viento-
estrenando badajos de elegía.

Morir mil veces en un solo día
y otras tantas quemar el pensamiento
en la resurrección, que es el tormento
de pensar en la próxima agonía.

Ver en pupilas de mujer un llanto
y sorprenderlo convertido en canto
al soñar en un niño que lo vierte.

Esto es amor, candela estremecida
empujando la noche de la vida
hacia la madrugada de la muerte.

Carlos Castro Saavedra (colombiano)

¡ AMOR !

¡Oh eterno Amor, que en tu inmortal carrera,
das a los seres vida y movimiento,
con qué entusiasta admiración te siento,
aunque invisible, palpitar doquiera!

Esclava tuya la creación entera,
se estremece y anima con tu aliento,
y es tu grandeza tal, que el pensamiento
te proclamara Dios, si Dios no hubiera.

Los impalpables átomos combinas
con tu soplo magnético y fecundo:
tú creas, tú transformas, tú iluminas,

y en el cielo infinito, en el profundo
mar, en la tierra atónita dominas,
¡Amor, eterno Amor, alma del mundo!

GASPAR NUÑEZ DE ARCE (español)

AMOR Y MUERTE

De GIACOMO LEOPARDI (italiano)
Hermanos a la vez creó la suerte
al amor y a la muerte.
Otras cosas tan bellas
en el mundo no habrá ni en las estrellas.
Nacen de aquél los bienes,
los placeres mayores
que en el mar de la vida el hombre halla;
y todos los colores,
todo mal borra ella.
Bellísima doncella,
de dulce ver, no como
se la imagina la cobarde gente,
al tierno Amor le hace
compañía frecuente,
y el camino mortal juntos recorren
y a todo corazón más sabio
que el herido de amor, ni que la vida
infausta más desprecie,
ni que por otro dueño
como por éste los peligros busque;
donde tu llama prende,
amor, nace el aliento
o se despierta; y su saber en obras,
no, como suele, en pensamiento vano,
muestra el linaje humano.

Cuando encendidamente
nace dentro del alma
un afecto amoroso,
juntamente con él un misterioso
lánguido anhelo de morir se siente;
cómo, no sé; mas ésta es la primera
señal del verdadero amor potente.
Quizás a la vista entonces
espanta este desierto; acaso espera
el mortal que ha de hallar inhabitable
la tierra sin aquella
nueva, sola, infinita
felicidad que su pensar figura;
mas presintiendo el corazón por ella
terrible tempestad, quietud ansía
y refugio apetece,
ante el fiero deseo
que en torno ruge y todo lo oscurece.

Cuando lo envuelve todo
la formidable fuerza
y fulmina en el alma afán constante,
¡cuántas veces te implora
con intenso deseo,
oh dulce muerte, el dolorido amante!
¡Cuántas veces, oh, cuántas a la noche
o al alba abandonándose rendido
juzgó gran dicha que jamás pudiera
despertar de su sueño
ni ver la luz amarga nuevamente!
Y al son a veces de la triste esquila,
del canto que conduce
a los que mueren al eterno olvido,
con suspiros ardientes
de lo íntimo del pecho envidia tuvo
de aquel que bajo tierra a habitar iba.
Hasta la tosca plebe,
el labriego, que ignora
toda virtud que del saber deriva,
hasta la joven tímida y esquiva,
que de la muerte al nombre
sentía sus cabellos erizarse,
contemplan ya la tumba y el sudario
con un mirar de fortaleza lleno,
y en hierro y en veneno
meditan largamente,
y aun en su indocta mente
la gentileza del morir comprenden.
Tanto a la muerte inclina
de amor la disciplina. Y es frecuente
que la interna pasión llegue a tal punto
que la fuerza vital no se sostenga,
y ceda el cuerpo frágil
a la terrible lucha, y de esta suerte
por fraterno poder triunfe la muerte,
o tanto instigue amor en lo profundo
del corazón que el tosco campesino
y la tierna doncella
con mano violenta
su carne juvenil den a la tierra.
Ríe entonces el mundo,
al que el cielo vejez y paz consienta.

Al ferviente, al dichoso,
al animoso ingenio
conceda el hado alguno de vosotros,
dulces dueños, amigos
del humano linaje,
cuyo poder no hay quien aventaje
en el mundo, pues sólo la potencia
del hado es superior a vuestra esencia.
y tú, a quien ya desde mis verdes años
honrando siempre invoco,
bella muerte, piadosa
tan sólo tú de la aflicción terrena,
si celebrada fuiste
alguna vez por mí, si del mezquino
vulgo la ofensa a tu esplendor divino
enmendar un día quise,
no tardes más, mis ruegos
vehementes escucha,
¡cierra mis ojos tristes
para siempre a la luz, reina del tiempo!
Me hallarás ciertamente, a cualquier hora
en que tus alas hacia mí despliegues,
levantada la frente, apercibido,
resistiendo al destino;
la mano que al herirme se colora
con mi sangre inocente
no he de colmar de elogios
ni bendecir, cual hace
por antigua ruindad la humana gente;
toda vana esperanza en que se engañan
como niños los hombres,
todo necio consuelo
desecharé, y a nadie en tiempo alguno,
¡oh muerte!, he de aguardar sino a ti sola;
tan sólo el día esperaré sereno
en que decline adormecido el rostro
en tu virgíneo seno.

Versión de ANTONIO GÓMEZ RESTREPO (colombiano)

AMOR

El amor es la vida, y la vida es amor;
engendra la locura y abre paso al delirio;
purgatorio de goces y cielo de martirio;
su dolor es tan fuerte, que su dicha es dolor.

Va abriendo paraísos y cerrando ataúdes;
con puñales y flores hace ramos dorados...
Es el mayor pecado de todos los pecados,
y la virtud más grande de todas las virtudes.

El amor es el perfume, y el néctar, y es veneno;
es camino de rosas y es camino de cieno;
es un rayo de luna besando un corazón...

Es débil como un niño, como un Hércules fuerte;
el amor es la flecha que nos causa la muerte
y tiene el privilegio de la resurrección

JOAQUÍN DICENTA (español)

BALADA

De ANGELO POLICIANO (italiano)

No he de excusarme por seguir a amor,
que esto hace siempre el corazón en flor.

A quien el fuego que me abrasa siente,
no le tengo que dar satisfacción,
pues su pecho es tan noble y tan clemente,
que sé que ha de tenerme compasión:
con quien no ha sucumbido a esa pasión,
no hay por qué, pues no tiene corazón.

No he de excusarme por seguir a amor,
que esto hace siempre el corazón en flor.

Amor y honestidad y gentileza
para el que mide bien son una cosa;
mal empleo tendrá toda belleza
puesta en mujer altiva y desdeñosa.
¿quién puede censurarme en ser piadosa
cuanto puede un honesto corazón?

No he de excusarme por seguir a amor,
que esto hace siempre el corazón en flor.

Censúreme tan sólo duramente
aquel al que el amor no logra herirle;
yo a amor ruego que aquel que amor no siente,
no le haga nunca digno de sentirle,
mas que a todo el que gócese en servirle
se le llene de fuego el corazón.

No he de excusarme por seguir a amor,
que esto hace siempre el corazón en flor.

sin rebozo repréndame quien quiera:
si no es dulce y gentil poco me apura,
mi amor constante y fiel, que nada altera,
de palabras de envidia poco cura,
y ha de seguir mostrando su ternura
mientras viva, mi noble corazón.

No he de excusarme por seguir a amor,
que esto hace siempre el corazón en flor.

Versión de F. MARISTANY (español)

EN LO PENOSO DE ESTAR ENAMORADO

¡Qué verdadero dolor,
y qué apurado sufrir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

¡Qué cuidados a millares!
¡Qué encuentros de pareceres!
¡Qué limitados placeres,
y qué colmados pesares!

¡Qué amor y qué desamor!
¡Qué ofensas, qué resistir!
¡Qué mentiroso vivir,
qué puro morir de amor!

¡Qué admitidos devaneos!
¡Qué amados desabrimientos!
¡Qué atrevidos pensamientos
y qué cobardes deseos!

¡Qué adorado disfavor!
¡Qué enmudecido sufrir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

¡Qué negociados engaños
y qué forzosos tormentos!
¡Qué aborrecidos alientos
y qué apetecidos daños!

¡Y qué esfuerzo y qué temor!
¡Qué no ver, qué prevenir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

¡Qué enredos, ansias, asaltos,
y qué conformes contrarios!
¡Qué cuerdos, qué temerarios!
¡Qué vida de sobresaltos!

Y que no hay muerte mayor
que el tenerla y no morir.
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!

Francisco de Quevedo (español)

VARIOS EFECTOS DEL AMOR

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde, animoso,

no hallar, fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.

Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño ;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor. Quien lo probó lo sabe.
LOPE DE VEGA (español)

ROMANCE

Enemiga de mis glorias,
Hártate de mis agravios:
Que más sufrimiento tengo,
Que rigor tu pecho ingrato.
Tu hermosura me ha vencido;
Pero no tus desengaños,
Que cuanto más me aborreces
Mas en tu hielo me abraso.
¡ ¿Cómo puede ser posible
En mí y en ti tal milagro,
Que tú me mates el alma,
Y que yo te adore tanto ? !
Por ser de mi fe testigos
Estas paredes de mármol,
Ya con mi llanto deshechas
Solo con ellas descanso:
Pero si viviste dentro
Seránme testigos falsos,
Que encantas con la belleza
Como otro Orfeo cantando.
Mi remedio está en la muerte,
Pero mi vida en tus manos;
Que porque jamás descanse
Vive mi muerte a tu cargo.
Pues no te cansa olvidarme,
No puedo cansarme amando,
Aborréceme riendo,
Que yo te amaré llorando.
Y en esta eterna porfía
Eternamente vivamos,
Porque no triunfe la muerte
De dos extremos tan altos.

ANÓNIMO (español)

CON DOS CUYDADOS GUERRERO

con dos cuydados guerrero
que me dan pena, y sospiro.
el uno quando no os veo,
el otro quando vos miro.

mirándoos, de amores muero,
sin me poder remediar:
no os mirando, desespero
por tornaros a mirar.

lo uno crece el suspiro,
lo otro causa deseo,
del que peno cuando os miro
y muero cuando no os veo.

EL VIZCONDE DE ALTAMIRA (español)

DEFINICIÓN DEL AMOR

Es yelo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parosismo;
enfermedad que crece si es curada.

este es el niño Amor, éste es su abismo.
¡ Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Francisco de Quevedo (español)

ROMANCE DEL MAL DE AMOR

Aquel monte arriba va
un pastorcillo llorando;
de tanto como lloraba
el gabán lleva mojado.
-Si me muero deste mal,
no me entierren en sagrado:
fáganlo en un praderío
donde non pase ganado;
dejen mi cabello fuera,
bien peinado, y bien rizado,
para que diga quien pase:
-“Aquí murió el desgraciado”.
Por allí pasan tres damas,
todas tres pasan llorando.
Una dijo: ¡Adiós, mi primo!
Otra dijo: Adiós, mi hermano!
La más chiquita de todas
dijo: ¡Adiós, mi enamorado!

ANÓNIMo (español)

ROMANCE DE ROSA FRESCA

Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando vos tuve en mis brazos,
no vos supe servir, no;
y agora que os serviría
no vos puedo yo haber, no
- Vuestra fué la culpa, amigo,
vuestra fué, que mía no;
enviásteme una carta
con un vuestro servidor,
y, en lugar de recaudar
él dijera otra razón:
que érades casado amigo,
allá en tierras de León;
que tenéis mujer hermosa
e hijos como una flor.
- Quien os lo dijo, señora,
no vos dijo verdad, no;
que yo nunca entré en Castilla
ni allá en tierras de León,
sino cuando era pequeño,
que no sabía de amor.

ANÓNIMO (español)

UN AMOR DE PRAXÍTELES

De SIMÓNIDES (griego)

Cuando el arte del sabio Praxíteles
Me animaba, a su amor para Lucina
Eran no más sus pensamientos fieles;
De su obra orgulloso,
A su deidad fue luego presentarme.
No bien me vio la ingrata, al fin rindióse.
Oh mortales, mis dardos tan crueles,
Los que obligan a amar no son tan sólo:
Puede tanto el pincel de Praxíteles.

Versión de A. LASSO DE LA VEGA (español)

CANCIÓN

De Fuand-Ji (poetisa hindú)

Ha surgido impetuoso
el amor en mi alma,
cual torrente que brota
sobre la alta montaña,
y en la sombra del bosque
se desliza al través;
y al mirar a los cielos,
en las noches muy claras,
pienso en alguien que vive
en regiones lejanas,
bajo un cielo distinto
que mis ojos no ven.

El amor, que me oprime,
ya mi cuerpo quebranta
transformándome en sombra,
una sombra muy pálida,
a quien mueve y anima
un aliento fugaz.
Y a mis ojos se agolpan,
tempestuosas, las lágrimas,

mis mejillas surcando
como ríos de lava,
y son ondas de fuego,
no una lluvia feraz.

Pero siento en mi pecho
renacer la esperanza,
que la dulce promesa
no ha de ser olvidada,
recobrando muy pronto
mi perdida salud.
yo creí que el olvido
era flor que brotaba
de una negra semilla,
en región solitaria,
arrojándola al surco
sin cultivo y sin luz.

Pero algunos me afirman,
afirmando mi alma,
que en el pecho del hombre
que abonó la inconstancia,
ha brotado en un día,
del olvido la flor.
¿tendrá acaso mi amado
la traidora falacia
de olvidar mi cariño,
y sus tiernas palabras,
y las dulces promesas
de un leal corazón?

Aún espero y confío:
la mujer, en su alma,
con ternura cultiva
una flor de esperanza,
y esta flor al olvido
ha logrado eclipsar.
los dos polos humanos
son amor y esperanza,
y en sus límites cabe
la ventura del alma,
cuyo símbolo exacto
es “amar y esperar”.

Versión de CARMELA EULATE SANJURJO (española)

EL AMOR TARDÍO

De ÍBICO (griego)

De nuevo amor bajo sus negras cejas
me mira de tal modo, que mi alma
destroza, y con sus dulces llamamientos,
por todos medios de atraerme trata
a las redes de Cipris tan temibles.
Tiemblo al verle tan cercano; horros me causa
cual el raudo corcel que en la carrera
el premio obtuvo, y tiemble y se amilana
cuando, inútil y viejo, le es forzoso
recibir los arreos y las galas,

y entrar en liza y en el raudo tiro
con el cabello ardiente que piafa,
la rienda suelta; cuando ya conoce
que al fin la fuerza y el vigor le faltan.

Versión de A. LASSO DE LA VEGA (español)

SUPLICA AL AMOR

De Meleagro (griego)

Oh amor infausto, mi pasión profunda
por Eliodora, hasta me quita el sueño:
Dame el gozarlo por instantes breves;
no más desoigas de mi musa el ruego.
Si no, lo juro por tu mismo arco
que sólo se dirige hacia mi pecho
y que ya en mí agotó todas sus flechas,
que he de dejar sobre mi tumba luego
esta triste inscripción: “en esta tumba
los despojos se guardan, pasajeros,
de un infeliz que con traidora saña
asesinado del amor ha muerto”.

Versión de A. LASSO DE LA VEGA (español)

CLIMENA

CLIMENA

De ASCLEPIADES (griego)

Amor, autor de mis penas,
cruda deidad, ¿qué te hice?
desde que a Climena he visto,
mi corazón se derrite
como la cera en el fuego,
porque abrasándome vive.
morena dicen que es ella,
y aunque es negra también dicen
los que así para curarme
sus encantos, que son miles,
rebajan. duros censores,
de tal opinión partícipe
seré por fuerza. ¿mas negro
no es el carbón?, y decidme,
¿No advertimos, sin embargo,
que cuando el fuego se irgue
en torno suyo, sorprende
con ese brillo sublime
que supera al de las flores
que de púrpura se tiñen?
Versión de A. Lasso De La Vega (español)

LOS DARDOS DEL AMOR

De ALCEO (griego)

¡Maldito sea el amor! ¿Por qué me lanza
como a salvaje bruto agudas flechas?
¿Por qué a mi corazón vienen derechas?
¿De qué injurias en mí toman venganza?
¿No asombra que de un dios la llama ardiente
con ardor tan intenso
me abrase y me consuma?
¿Qué gloria es la que alcanza
en su fácil triunfo el inclemente,
contra un pobre mortal así indefenso?

Versión de A. LASSO DE LA VEGA (español)

IDILIO

De BIÓN DE ESMIRNA (griego)

A la sombra de un haya frondosa
una tarde tranquilo dormía,
de repente hasta mi majestuosa
la gran reina de Pafos llegó.
su alma diestra al amor conducía,
que modesto sin arco ni aljaba,
de la tierra la vista no alzaba,
y así Venus benigna me habló:
“ ¡cuál me place la grata dulzura
de tus himnos, y el célico fuego;
y esa tan suave y tan pura
con que sueles mis glorias cantar!
¡Oh zagal! a Cupido te entrego:
dale, amigo, armoniosas lecciones;
presto sepa tan dulces canciones
repetir tu divino escolar”.
Citerea partió y al momento
mis sencillas canciones rurales
al compás de mi rudo instrumento
a enseñar a Cupido empecé.
¡Vano empeño! ¡Lecciones fatales!
¡Oh inocencia de mi ánima incauta!
cuál Minerva inventara la flauta
y Mercurio el laúd, le narré.
yo canté cual cítara de oro
forjó diestro el dulcísimo Febo;
cómo Pan su instrumento sonoro.
En Arcadia. De cañas formó.
distraído el alado mancebo
despreciaba mis castas historias;
y odas mil entonando amatorias
mis idilios jamás escuchó.
de las ninfas del mar las locuras
seductor celebra Cupido,
de su madre las tramas impuras,
y de Baco el procaz frenesí,
poco a poco dejé en el olvido
sepultadas mis églogas todas,
y de amor las impúdicas odas,
¡infelice! muy presto aprendí.

Versión de Montes De Oca (Mexicano)

ESTO ES AMOR

Esto es amor: llevar en la sangre
El impulso inefable de otra sangre,
Buscarse el corazón dentro del pecho
Y no encontrarlo hasta palpar su frente,
Padecer la ansiedad de ser en otro
Como grano de trigo germinando,
Es trasladar el mar hasta sus ojos
Y sumergirse en ellos hasta el alma,
Sentir la eternidad entre las manos
Al descubrir a Dios en su mirada,
Árbol del bien que las horas traspasa.
Esto es amor: ser uno proyectado.

EDUARDO COTE LAMUS (colombiano)

DE SU AMOR

De CAYO VALERIO CATULO (Latino)

Amo un tiempo y aborrezco.
¿Cómo ser puede? No sé,
Pero en mí lo siento a fe;
Yo esa tortura padezco.

Versión de MIGUEL ANTONIO CARO (colombiano)

INCONSTANCIA DE LA MUJER

De CAYO VALERIO CATULO (Latino)

Hoy la mujer que adoro así me dice:
"sólo a tu lado yo vivir anhelo;
sin ti fuera infelice
de Júpiter consorte allá en el cielo”.

Mas, ¡ay!, de la mujer el juramento,
El juramento que hace a quien la adora,
En alas del viento
escrito está, y en onda bullidora.

Versión de MIGUEL ANTONIO CARO (colombiano)

AMORES

De PUBLIO OVIDIO NASÓN (Latino)

Cantar propúseme un día
de la guerra y sus horrores
versos midiendo mayores
cuales el tema pedía.

El renglón segundo fue
al primero igual: Cupido
detrás rió, y al descuido,
del segundo borra un pie.

¡Rapaz! Colérico exclamo,
¿Qué tienes que ver conmigo?,
Pendones de Apolo sigo,
No tuyos: canto y no amo.

¡Sal, importuno! ¿Qué fuera
Ver a la lascivia diosa
Blandir la lanza, y de rosa
Coronarle la guerrera?

¿Qué si en las selvas al bruto
Ceres con dardos siguiese
Y Diana recogiese
De los campos el tributo?

¿Si en cambio del morrión grave
A Marte diese el de los bellos
Y destrenzados cabellos
La su cítara suave?

Torno a mi labor; y pruebo
De nuevo el verso acabar,
Y el pie postrero a borrar
Torna Cupido de nuevo.

Insisto yo: “ ¿Cómo quieres
que pulse amorosa lira?
Nada la turba me inspira
De amorcillos y mujeres.
¡Vastos tus dominios son;
En ellos manda! ¿O acaso
Quieres también el Parnaso?
¿Nada basta a tu ambición?

Mas él con ágil rodilla
Pára el arco armado al punto,
Y tóma, me dice, asunto
Que tratar a maravilla.

Clavado siento, ¡ay de mí!,
En el alma luego el dardo,
Y todo en amores ardo
Cuando de ellos libre fui.

Cada hexámetro seguido
Será de metro diverso,
Que de las guerras y el verso
Que las sirve me despido.

De mirto florido, pues,
Coronada la cabeza,
Musa a combatir empieza
Los once métricos pies.

Versión de MIGUEL ANTONIO CARO (colombiano)