CrónicaPoética @Davpapelcronica

lunes, 17 de octubre de 2011

Ciudad

Arthur Rimbaud
Soy un efímero y no demasiado descontento ciudadano de una metrópoli considerada moderna porque eludió todo gusto conocido en el amoblamiento y el exterior de las casas así como en el trazado de la ciudad. Aquí no señalarías la huella de ningún monumento de superstición. ¡La moral y la lengua, en fin, han sido reducidas a su más simple expresión! Estos millones de personas que no necesitan conocerse manejan tan parejamente la educación, los oficios y la vejez, que el curso de sus vidas debe ser varias veces menos largo que el atribuido a los pueblos del continente por una estadística loca. Así como desde mi ventana, veo espectros nuevos girando a través del espeso y eterno humo del carbón -¡nuestra sombra de los bosques, nuestra noche de verano! Erinias nuevas, frente a mi casita que es mi patria y todo mi corazón puesto que aquí todo se parece a esto: la Muerte sin lágrimas, nuestra activa hija y servidora, un Amor desesperado y un bello Crimen lloriqueando en el barro de la calle.

Naditación (fragmento)

Gonzalo Arango

Al escribir no bebo, ni me estupefaciento, ni me inspiro. A lo sumo estoy algo aburrido, o no timbró el teléfono para oír su voz de jazz que tanto me gusta, o estoy harto de medir la extensión tornasolada de Junín, recibiendo el homenaje indignado de los energúmenos.

El nadaísta opina:
- no hay que estar orgullosos de ser hombre, ni de pensar. ¿ves ese par de moscas que se aman? (señala los bichos con el bolígrafo) Ese par de moscas son felices, si supieran qué cosa es la felicidad.

Refuta el humanista:
- pero el hombre es el que ha inventado la palabra “mosca” y la palabra “felicidad”. En eso radica su horrible superioridad sobre los otros animales. A través del lenguaje nombra las cosas como un reclutamiento a la existencia, las convoca de la nada al ser.

El nadaísta cierra la discusión:
- ¿Qué necesidad hay que decir “mosca” si ella es? Esas moscas hacen el amor sin saber qué es el amor. Para ellas la vida es un lenguaje. En cambio el lenguaje del hombre es un lenguaje para asesinar la vida, un lenguaje de enterradores, un lenguaje de muertos.