CrónicaPoética @Davpapelcronica

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Agotada

Tus fuertes brazos me rodean,
Mi cabello se enamora de tus hombros;
Lentas palabras de consuelo caen sobre mi,
Sin embargo mi corazón no tiene descanso.

Porque sólo una cosa trémula queda de mí,
Que jamás podrá ser algo,
Salvo un pájaro de alas rotas
Huyendo en vano de ti.

No puedo darte el amor
Que ya no es mío,
El amor que me golpeó y derribó
Sobre la nieve cegadora.

Sólo puedo darte un corazón herido
Y unos ojos agotados por el dolor,
Una boca perdida no puede sonreír,
Y tal vez ya nunca vuelva a reír.

Pero rodéame con tus brazos, amor,
Hasta que el sueño me arrebate;
Entonces déjame, no digas adiós,
Salvo si despierto, envuelta en llanto.

Elizabeth Eleanor Siddal (1829-1862)

AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

JORGE LUIS BORGES (argentino)

martes, 25 de diciembre de 2012

EL DÍA QUE ME QUIERAS



El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!

Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.

El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.
                      AMADO NERVO (mexicano)

SERENATA

–¡Dulce noche de amor, noche serena,
vuestros pálidos astros encended!
Hay dos ojos que brillan con tristeza.
¡Alumbrad! ¡alumbrad! los quiero ver.

Apoyada en mi brazo, amada mía,
al campo del amor vas a seguir.
¡Flores! ¡flores! guardad vuestras espinas,
y aromas en los vientos esparcid.

–¡Dulce noche de amor, noche serena,
vuestros pálidos astros apagad!
Hay dos ojos que brillan con terneza...
a la luz o a la sombra los sé amar.

Apoyada en tu brazo, amado mío,
al campo del amor voy a seguir.
¡Oh rosales! guardad vuestras espinas,
y aromas en los vientos esparcid.


EPIFANIO MEJÍA (colombiano)