Siempre
aquí. De carne o sombra
perenne ausencia a mi lado.
Cada minuto es un muro
de piedra contra mis pasos.
de lo imposible, por siempre
quedó deshecha, temblando.
Vas por las venas del aire,
densidad de los espacios.
Dice el viento tus palabras.
Crea el silencio tu canto.
¿No habrá en el mundo rincones
donde no suenen tus pasos?
y dormido en la garganta
gusto de arrayán amargo.
nunca tu cuerpo en la sombra
será el alba de mis llantos.
de buscarte y nunca verte,
de hallarte y correr temblando.
perenne ausencia a mi lado.
Cada minuto es un muro
de piedra contra mis pasos.
Tuvo
que llegar. ¡Llegaste!
Mi
vida, sobre el espanto de lo imposible, por siempre
quedó deshecha, temblando.
No
hay luz que te dibuje
ni
momento sin tus labios. Vas por las venas del aire,
densidad de los espacios.
Te
ven sin querer los ojos.
Te
tocan, dura, mis manos. Dice el viento tus palabras.
Crea el silencio tu canto.
¿Cómo
huir de esta amargura
de
lo imposible extrañado? ¿No habrá en el mundo rincones
donde no suenen tus pasos?
De
mirar tu lejanía
tengo
los ojos cansados y dormido en la garganta
gusto de arrayán amargo.
No
me quemaré en tus pechos,
no
me quemarán tus manos nunca tu cuerpo en la sombra
será el alba de mis llantos.
Y
he de ir siempre así, perdido,
en
este miedo insensato de buscarte y nunca verte,
de hallarte y correr temblando.
JOAQUÍN
ROMERO MORUBE (español)