Leer hojas de té desbarata al que se expone a la catástrofe,
diseñando futuros donde nada ocurrirá:
pon una moneda en palma gitana y bostezando
pronosticará aun que no quedan peligros por conquistar.
El riesgo hoy es improductivo: el ingenuo caballero
halla que los ogros son obsoletos y los dragones
desconocidos, mientras hastiadas doncellas cuestionan
lances contra lo terrorífico por llanamente absurdos.
La bestia en el bosquecillo jamesiano nunca acosará,
condenando a crisis la opaca carrera de héroe;
y cuando ángeles indiferentes apuestan la baraja de Dios,
ya las aburridas plateas se muestran impacientes por fin,
ansiosas por ver estragos, ni súplicas ni premios
engatusarán dama o tigre de la puerta ciega de la perdición.
- Sylvia Plath -