CrónicaPoética @Davpapelcronica

domingo, 22 de agosto de 2010

ÍTACA

C. Kavafis (1863 - 1933)

Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrigones, Cíclopes,
al colérico Poseidón –no temas:
nunca mientras altos sean tus pensamientos
mientras una extraña emoción
estimule tu alma y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes,
al fiero Poseidón, nunca encontrarás
a menos que en tu alma los lleves dentro,
a menos que tu alma los ponga ante ti.

Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano en que,
con gran placer y alegría,
entres en puertos desconocidos;
podrías detenerte en los mercados de Fenicia
y comprar hermosas cosas,
coral y nácar, ámbar y ébano,
toda clase de perfumes sensuales…
adquiere tantos como puedas;
podrías visitar muchas ciudades egipcias
y no dejar de aprender de sus sabios.

Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.
Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.
Ítaca te dio un maravilloso viaje.
Sin ella no habrías partido.
Pero ya no tiene más que darte.

Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
habrás entendido lo que significan las Ítacas.

Si estuvieras aquí

Manuel Altolaguirre.

Si estuvieras aquí,
frente a este mundo
de silencio y blancura,
después de recorrer con la mirada
las bajas nubes y las altas nieves,
el resumen gozoso del paisaje
encontraría en tus ojos.
Pero tu ausencia es ciega.
Los ojos que recuerdo al recordarte
a otros lugares miran.
Ni presienten ni ven esa hermosura.
Los hondos ríos, el lago, las montañas,
el clarísimo frío de mi frente,
distintos son del fuego de tus labios,
de tus ojos, del mar; de tus llanuras.
Si yo pudiera a tu recuerdo darle
vida, o si pudiera al menos,
convertirme en un recuerdo tuyo,
viviendo sólo donde tú me pienses,
si fuera el cuerpo lo invisible
y el alma lo real,
me verías siempre,
y esta luz, este cielo, estos declives,
serían un blanco sueño.

No rechaces los sueños por ser sueños...

Pedro Salinas

No rechaces los sueños por ser sueños.

Todos los sueños pueden
ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño. Si soñamos
que la piedra es la piedra, eso es la piedra.

Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:

«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»

Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola.

Soñar es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar que es verdad lo que no existe.

Sólo muere un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.

Para toda la vida...

Rafael de león.

¿Me quieres, amor, me quieres?
¡Sí, para toda la vida!...

y era yo quien preguntaba,
siempre soñando una espina,
siempre rondando una duda,
siempre imaginando heridas.

"¿Me quieres, amor, me quieres?"
¡Sí, para toda la vida!...

Tardes, madrugadas, noches,
mañanas y mediodías;
en el balcón, en la calle,
en el sueño, en la vigilia,
siempre, siempre preguntando,
corazón, si me querías,

y de pronto, no sé cómo,
sin una razón precisa,
mi voz amarga y cansada
se fue quedando dormida,
y cayó sobre mi alma
una lluvia dulce y fina
que se fue cristalizando
en nieve delgada y fría.
y ya no pregunté más,
corazón, si me querías.

Ahora, eres tú quien se queja,
quien pregunta y quien suspira
¿Me quieres, amor, me quieres?,
me dices con voz dolida...

y yo, de la misma forma
con que tú me respondías,
escondiendo la verdad
debajo de la mentira,
te digo ausente y lejano:
—¡Sí, para toda la vida!...