CrónicaPoética @Davpapelcronica

martes, 13 de julio de 2010

TU QUEJA

Enarenado de oro y de jacinto
se cubrió de violetas el sendero
de tus orejas que un dolor austero
fue recorriendo con su alfanje al cinto.

Eros alado, el inmortal flechero,
te miraba llorar desde su plinto;
el venusto rosal, en rosa tinto,
imploraba a la flor del limonero.

Cayó el poniente de tu rostro en mi hombro
y se alargó el crepúsculo en asombro
del líbico negror de tu quedeja.

Y a modo de bellísima azafata
la noche vino, con piel de plata,
por el oro y Jacinto de tu queja.

Roberto Brenes Mesén (costarricense)

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