De Theodor-Woldsen Storm (Alemán)
No ignoro que las quejas y el reproche
Nunca en tus labios hallarán palabras;
Pero el silencio de tu dulce boca
Es la elocuencia de tu mano pálida.
Mano en la cual eternicé mis ojos,
Su puro trazo de dolor nos habla:
Noches de insomnio que pasó, extendida,
Cubriendo un corazón que se apagaba.
Versión de A. Haas (español)
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